Uno típico para hacer con monedas en la mesa del bar...
Coloca diez monedas formando un triángulo como se muestra en la figura:
El reto consiste en invertir el triángulo (hacer que apunte hacia arriba y no hacia abajo) moviendo solo tres monedas.
Problemas, acertijos, paradojas... entretenimientos varios (para quien se entretenga con estas cosas).
Uno típico para hacer con monedas en la mesa del bar...
Coloca diez monedas formando un triángulo como se muestra en la figura:
El reto consiste en invertir el triángulo (hacer que apunte hacia arriba y no hacia abajo) moviendo solo tres monedas.
A todos nos enseñaron en el cole el criterio de divisibilidad por 3: que la suma de las cifras del número sea múltiplo de tres. Ahora bien, si el número es muy grande, la suma de sus cifras puede serlo también, y puede no estar claro si es o no múltiplo de tres. Y no quedaría muy elegante tener que dividir por tres, aunque sea un número menor, para saber si el número de partida era divisible por tres. Así que...
Supongamos que estás todavía en el cole, en tu más tierna infancia. Has aprendido a contar y a sumar, pero todavía no has aprendido a multiplicar ni a dividir. ¿Serías capaz de distinguir un número divisible entre 3 de uno que no lo sea?
Leo en un libro que:
Santo Tomás de Aquino aseguraba que al final de los tiempos solo 144000 personas entrarían en el reino de los cielos. Pues, para él, el mil significaba la perfección y el 144 era el número de los apóstoles multiplicado por sí mismo.
Y si Santo Tomás de Aquino lo decía, entonces no puede ser ninguna gilipollez.
Tenemos una tinaja con 15 litros de vino, y otra tinaja con 15 litros de agua. Tomamos de esta un litro de agua y lo echamos en la tinaja de vino. Esperamos a que la mezcla de vino y agua quede homogénea, y tomamos un litro que verteremos en la tinaja de agua. Una vez hecho esto, ¿tendremos más vino en la tinaja del agua o más agua en la tinaja del vino?
Algún día tenía que pasar, y ese día estaba Alí Malababá con sus cuarenta ladrones dentro de la cueva. Fuera, la Guardia Civil los tenían rodeados. La situación era desesperada.
- ¡Antes muertos que presillos! - proponía Alí Enado.
Y la cosa es que la idea del suicidio colectivo parecía haber cuajado entre los secuaces. Tanto que Malababá no se atrevía a rechistar, ante el temor de que le respondieran que él era el principal responsable de la situación en que se encontraban, y lo suicidaran ahí mismo, sin más dilación.
Todo lo que Malababá acertó a proponer fue lo siguiente:
- Bien, vale, nos suicidamos todos, pero con un orden. Nos colocaremos en círculo y comenzará suicidándose Enado, que está ansioso por ello, la criatura. A partir de él, iremos contando uno, dos, y el tercero se suicida. Así hasta que nos hayamos matado todos.
Para el resto de sus compinches, esto era lo más parecido a echarlo a suertes; pero Malababá tenía muy claro dónde colocarse para tener la oportunidad de poder arrepentirse sin que quedara nadie vivo que lo pudiese ya suicidar.
¿En qué puesto se colocó Malababá?
No sé si te habrás parado alguna vez a pensarlo, pero...
Puestos a jugar a la ruleta rusa, en términos de probabilidades, ¿conviene más ser tú quien comience probando suerte o es mejor que empiece el otro?
Y si el juego no es entre dos sino entre seis, ¿conviene ser el primero, el segundo, el tercero...?
Un clásico infantil... ¿¿infantil??
Se trata de que los tres señores dueños de las tres casas del dibujo construyan sendos caminos desde la puerta de su casa a la puerta de salida del vallado. Como son muy suyos, ninguno de los caminos debe cruzarse con los otros.
La dificultad estriba en que el señor de la casa de la derecha debe de salir por la puerta que hay en la izquierda, y el señor de la casa de la izquierda debe salir por la puerta de la derecha. (El señor de la casa del medio, saldrá por el medio.)
¿Sabrías tú trazar los caminos?